sábado, enero 05, 2008

04 de enero de 2008

Tuve la oportunidad de hacer dos excursiones en los cerros, el primero en medio del agua porque había llovido mucho en capilla del monte. El arroyo tenía mucha agua y cubría el camino. Visite una montana que da sobre la ciudad, descubriendo también cascadas, un paseo muy encantador.

Después pude ir a los famosos terrones, me fui para allá muy temprano, antes de que abrieran, en argentina muchos parques naturales son pagos, entonces para acceder por ruta el dueño del lugar con sus guías y empleados tiene que venir abrir. El paseo en los terrones dura 2 horas y no es muy abrupto así que pude llegar a la cima muy rápidamente antes que todos los demás, y me queda escalando estas piedras vertiginosas en compañía de un águila, y de dos halcones cuidando el lugar.

El lugar es una belleza. Son unos montes arenosos quienes muestran formas muy reconocibles por sus cantidades de figuras que presentan. No son muy altos, pero para acceder hasta ahí hay que subir por un arroyito con cascaditas en el corazón del cerro. Es un camino muy lindo, un regalo de la naturaleza, el arroyo está muy encerrado sobre el mismo, con mucha sombra, mucha vegetación. El agua que corre en el lugar es muy cristalina, muy pura, muy exquisita.

Estuve acompañado todo el tiempo de la subida con un silencio increíble. Pude parar de vez en cuando y visualizar mi ascenso, cerrando los ojos y escuchando todo tipo de ruido en el canon.

Uno está ahí y encuentra una fuerza por la belleza de las rocas, y la posición del lugar frente al vasto llano quien se extiende hasta el horizonte, la carretera que va en dirección de la Rioja.

Es una excursión muy particular. La energía del lugar, el hecho de haber estado solo durante todo el ascenso, un sol increíble y el agua reparadora.

Hoy partimos para Alta gracia, quien está en el camino de regreso a Buenos aires. El tiempo en capilla del monte fue suficiente y pudimos vivir una experiencia muy intensa. Dejamos atrás un ser muy dañado quien había llegado a un punto de estrés máximo y que podía quebrar en cualquier momento.