miércoles, agosto 13, 2008

Nevado Del Ruíz Colombia


10 de agosto de 2008

Subida al nevado del Ruíz

El 10 de agosto de 2008, partimos den dirección del nevado Ruiz situado en la zona cafetera, cerca de Manizales. Una excursión importante en uno de los lugares muy visitados de Colombia. Nos levantamos muy bien a la mañana pero no tenía idea de lo que iba a ser nuestra excursión. Primero un buen desayuno típico colombiano con huevos revueltos, jugo de fruta y café aunque no es muy aconsejado cargarse de mucha comidas cuando uno pasa de 1000 metros a 5000 metros. Luego salimos en un bus con muchas paradas obligatorias para acostumbrarse de la altura. Nos aclimatizamos en camiseta, sin anorak ni pullovers, el cuerpo tiene que estar advertido del cambio. Durante toda la progresión pudimos observar el cambio de vegetación, pasar por 5 tipos de vegetación, a saber la selva alto andina, Subparamo, Paramo, Superparamo y la zona nival a la cima.

El nevado del Ruíz es en realidad un volcán de 5800 metros de altura. Majestuoso con su hielo ya no tan eterno. Le pronostican todavía unos 20 años hasta que pueda desaparecer la nieve por completo. Consecuencias del GlobalWarming of course. Un constato deplorable, y un poco amenazador. Que pasara cuando desaparezca el hielo? El nevado cumplirá desde entonces con su papel de volcán? Como cuando borró del mapa el pueblo Armero en 1985?

Mi llegada al pie del nevado fue una experiencia increíble, un poco cuando uno quiere imaginarse caminando sobre el suelo de la luna. Arriba, en el estacionamiento del nevado sopla un viento frio y fuerte y uno se siente en un lugar muy remoto. Las piernas de a poquito se hacen sentir pesadas, y el corazón lata como después de una carrera. Y esto que hicimos 5 pasos.

Cuando llegamos a las primeras nieves, ya nos encontrábamos a 5100 metros. Y era momento de regresar al bus. Al regresar ya me sentía otra persona. Había tomado confianza, y me sentía el más feliz del mundo. Bajo la capa blanca del nevado sentía miles de astros. Me costaba piensar que teníamos que regresarnos. Ya que había sentido la presencia de un ser majestuoso.

Y gracias a nuestro guía de Manizales, el paseo fue memorable.