sábado, noviembre 13, 2010

cruzando el rio de la plata, Montevideo, Uruguay

No sé porque, pero nunca me había dado por conocer a Montevideo? Esta del otro lado del río y es realmente muy simple cruzar en barco, te cambia mucho de la dinámica de Buenos Aires, de hecho estas en otro país, otra forma de pensar, de hablar, y los paisajes son hermosos.

Llegué un viernes a la noche, con un barco rápido, desde buenos aires, de estos que transportan a la vez humanos como automóviles. Pero con servicio de Wifi por si tienes que dejar algo dicho desde tu casilla de correo, o navegar paginas, mientras que el barco él, navega el rio de la plata.

Caí en un hotel del centro, muy viejo. Todos los cuartos eran como de inicio del siglo pasado, entonces me dije: Bárbaro, voy a poder tal vez estar así tal cual como lo hubiera estado un inmigrante extranjero en aquella época.

En el taxi que me llevó al hotel se escuchaba una canción de Alfredo Zitarrosa. Qué buena onda. La ciudad debe haber quedada intacta, con milongas, guitarreadas, cadombes, y las habitaciones con tal vez televisiones que te retransmiten el mundial de 78.

El viaje de regreso lo hice con un joven empresario argentino, hablamos sobre un montón de cosas, entre otras sobre servicios informáticos prestados, familia y hobbies en la vida. Yo todavía no distingo muy bien de un argentino a un uruguayo, porque son dos culturas muy sociables, cordiales para mi, y tienen referencias culturales muy parecidas. Salvo que uno te habla de Jaime Roos y Alfredo Zitarrosa y el otro de Paul McCartney.

Es curioso que cuando salimos del puerto de Montevideo, el gps de nuestro diferentes dispositivos, no nos ubicaban en todo el trayecto, sino en el puerto de Montevideo, como si nunca nos hubiéramos salido del puerto. La única forma de saber si llegábamos a buenos aires, era medir los palitos que nos daban la conexión de los celulares, 1, 2 , 3 y … 4 a tierra!