Ay cariñito dos
Aun no puedo creer que estuve contigo quinze dias, te pude mirar todos los momentos que quise. Y te pude hablar de cosas que me ocurria como “como es por alla?” o “y esto?” o “Linda amorcitu” y “bff il fait chaud” y “tenes rulitos”.
El poder de tierra caliente fue propicio a nuestro amor, me senti como entrar en mis dos calzones de casa. Lei mucho, pero no porque buscaba a ocupar mis dias sino me gustó estar contigo en nuestro lento alejamiento de la civilización.
Bailar salsa es algo complejo, porque uno se tiene que dividir en tres partes, los ombros, el medio cuerpo y los pies. El “pasito” este que duro de aplicar… no quiere venir, o no merezco una actualización? Si no te molesta bailamos con los pies sin preocuparse del resto.
En nuestro lenta progresion de “estar solo los dos”, vino un monton de gente pero igualmente la pasamos fenomenal. Tuvimos suerte nadie supervisó nuestros gestos, a parte de “aplauden y silben” solo era un chiste nuestro. Solo sufrimos de no vivir las noches juntos, supongo que preferimos conservar el major para el final… no esta tan mal.
Yo tuve mucha verguenza de estar muy relajado con gafas negras cerca de la pileta. No fue mi culpa sino “su” culpa. Un vago apareció en medio del camino y se subío al carro, y me poseidó.
Por fin hicimos un graffiti en medio del cielo de estrellas, nuestros dos cuerpos bailando y inseparable y juntos sin efectos de opera ni de planetario solo nuestros dos cuerpos y las estrellas.
La escalera por Orlando Valle
Hace 3 años.
